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Desde la Junta Directiva de AMPA CORVALES queremos daros la bienvenida a todos los padres y madres de CEIP ISABEL LA CATÓLICA y animaros a conocer el equipo que forma nuestro AMPA. Vamos a hacerlo con muchas ganas e ilusión, con el ánimo de participar en el proceso educativo de nuestros hijos y apoyar en la medida de nuestras posibilidades el proceso de enseñanza y aprendizaje de estos.

viernes, 6 de diciembre de 2013

La Piel

Puede que nadie lo recuerde, que sea una de esas historias que se pierden con el paso de los años...quizá algún abuelo conserve fragmentos en su cabeza pero seguro que la mayoría lo han olvidado ya.
Pero mi alma inmortal estaba allí cuando se produjo el milagro...fue tan bonito, tan emocionante que aunque los años han pasado y puede que otras cosas se hayan ido de mi memoria, esto quedó grabado a fuego y es justo compartirlo con todos.
Pensaréis que estoy loca, pocos o ninguno creeréis mis palabras....
Cuando llegamos a ser una especie como tal, humanos, seres sabios con capacidad para elegir, para decidir, dominar, utilizar el medio para nuestro provecho no éramos como os veis vosotros ahora y no me refiero al físico de sí teníamos mandíbula más grande y fuerte o si andábamos más o menos encorvados.
Hablo de nuestro color, de nuestra piel. Cuando todos éramos del color de un día lluvioso, de una nube enfadada o tormentosa.
Gris, ese era nuestro tono, animales erguidos sobre dos patas del color de la ceniza, inimaginable...¿no es cierto? Y así fue durante mucho tiempo hasta que ocurrió algo grandioso en un pequeño clan en Europa, luego en África, después en Asia....y así llegó a todos los rincones del mundo para enriquecernos como personas y hacer nuestra vida más alegre.
No fue una casualidad, tampoco algo demasiado planeado, más bien un deseo hecho realidad.
Este pequeño clan curioso y vivaz, siempre en movimiento para cazar y alimentarse veía pasar ante sus ojos colores nuevos cada día, el azul del cielo, los tonos rojos de las frutas y bayas, los verdes de las praderas y los árboles, el color cobrizo de la tierra mojada o seca, la transparencia de los ríos, la negrura de la noche...tantos como podáis conocer o incluso imaginar.
Una mujer del clan, como otras muchas soñaba con tener una piel blanca, blanca como la leche con la que amamantaban a los niños, una piel suave y bonita...
Cuando estuvo preparada para casarse y tener su propia familia, cuando estuvo segura de tener en su vientre un ser diminuto creciendo, creyó que alimentarse con leche le daría a su pequeño un color nuevo, diferente y hermoso...En las pieles donde dormían esa noche habló con su esposo y le pidió que cazara una búfala con crías, para alimentarse y alimentar a su hijo. Como hombre que era encargado del bienestar de su familia enamorado como estaba de esa hermosa mujer y no pudiendo negarse aunque pensara que era una locura así lo hizo y tras muchos intentos y trabajos consiguió llevar ante su amada lo que le pedía.
Semanas de paciencia, de esfuerzo, con ayuda de otras mujeres que antes habían sido niñas y puede que aún lo siguieran siendo consiguieron apaciguar al animal y sacarle una parte de la leche con la que alimentaba a su cría. Entre risas y bromas como cuando eran jóvenes y creían que todo era posible, cada día ayudaban a Alana a conseguir leche y tomarla.
Pasaba el tiempo y lo que al principio fue una locura se convirtió en algo bueno para alimentar a todos los miembros del clan y así se creó por primera vez una granja de búfalos, las hembras compartían la leche de sus crías con el clan y los machos eran sacrificados para el sustento. consiguieron fijar su residencia en un lugar seguro sin desplazamientos largos y tediosos para buscar alimentos. Se hicieron cultivos y casas con ramas de árboles...otros grupos que pasaron por allí copiaron sus ideas y formaron grandes familias en otras zonas...
Bueno, no voy a enredarme contándoos que así se establecieron las familias, la mezcla de unos clanes y otros porque nada de esto es importante para lo que sucedió esa larga noche de invierno cuando la nieve cubría los pastos y el frío cortaba la respiración.
Esa noche Alana estaba dando a luz, a pesar del frío sudaba, la nieve que ponían en su frente se derretía y los dolores de parto atravesaban sus entrañas...
Las encargadas de ayudar en los partos nada podían hacer por aliviar o calmar su dolor, sus palabras sonaban en sus oídos como viento lejano, sólo quería acabar, ver a su hijo y dormirse junto al él. Pasaban las horas sin resultado, las ancianas empezaban a murmurar por lo bajo cosas que no quiero repetir, nervios dentro y fuera de la tienda.
Pero al amanecer, cuando despuntaba el alba una cabeza y luego un pequeño cuerpo cayó sobre el lecho de pieles preparado, silencio tras los llantos del niño, nadie ayudaba a Alana y nadie cogía a su bebé.
Sucio y sanguinolento lloraba un bebé, sus llantos desconsolados eran como todos, pero su piel...sí,su piel, era blanca como la nieve, su pelo oscuro como la noche y tal era su belleza que Alana entre lágrimas de amor y de alivio lo abrazó y nunca jamás quiso escuchar palabras como demonio, espíritu del mal....
No mucho tiempo después nacieron niños como Misu en todas las partes de Europa, llegaron voces de que en África los niños tenían la piel y el pelo como la noche más oscura, en algunas zonas de Asia unos eran del color de la paja otros del color de la tierra....en todas las partes del mundo nacían niños sonrosados, blancos, negros, tostados...todos y cada uno de los tonos de piel tan hermosos que hoy en día viven y habitan el planeta.
Un deseo hecho realidad, humanos distintos pero iguales, una misma raza en tonos diversos y hermosos, todos iguales pero diferentes.


Escrito por:
Anita Durán.


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